La suerte del Terrible

Es la maldición completa del poeta empedernido
es la soledad soslayada de las lágrimas profundas.
Soy la condena de la lujuria,
soy la vida moderna y relajada...

Los abrazos ahora valen espera, valen retorno.
Dentro de los excesos se esconderán mis felicidades,
para que así, mis jadeos sean la señal del infinito orgasmo terrible

Soy todo lo terrible y hermoso de las miradas
me acuesto y descanso sobre tierras brillantes y mohosas
me encrespo y grito de ira...
muero y me pudro como tripas de oro.

¡Que lo terrible de la comedia aumente el delirio!
Que se lleven las hormigas mi conciencia iracunda,
que las drogas tan maravillosas
de una vez por todas...

me apaguen el terrible mundo.

Borradores para ti

I

Las abejas de la cabeza a los pies,
dime que somos un montón de cosas nuevas,
como la miel de los enjambres colgantes.
De soslayo galopante
me ha cegado al veloz deseo de lo dulce de tus manos,
el que reparo con descansos.
Me harto y cierro
la luna estrellada en tú espalda
la cual, me entibia y ampara
en dolores y alarmas, y en tus orquestas.
Somos aquellos que nos gusta ser,
somos una pared de abejas.


II

Es lo arreglado de la escena
es aquello que se sale del cuadrado
es mi cuerpo sentado esperando las treguas.
Las canciones de fama estelar
es la terrible encomienda de recetas.
Trompetas de juglares al caminar,
somos el cielo que canta en violeta.

Hoy estamos sentados parados
escuchando las inclemencias del hormigón.
Estamos rídigos y perplejos sobre lo que aún dudamos.

Buenas Tardes señores ventarrones,
entre tanto, entre yo y ellos
me re-cautivo con la punta de tus pestañas
así me miras
y cierras pesada la sabana del ojo.

Me gusta sentirme terrible si es por tu culpa.

Vendidos

Fabulosos los dañados

Vendidos por caricias, preocupaciones abrazos varios.

tendidos a cuerpo muerto, tendidos entre tantos llantos.

Las luces tintineantes de la urbe venden ilusiones entre palabras falsas,

palabras que oyen y dejan sonrientes,

fabulosos de deseos típicos y envasados,

todo estará bien...

Para ustedes mis despechados,

sus aplausos.

Te volviste a ir de mi lado...
Aunque dude rápidamente, a veces,
Todo es mentira sostenida

Te alzo altares de ciegadas mudas
Y te admiro a voz de suelo,
Eres la mujer de mis suspiros
Eres los vellos de mi piel encrispados

Me sonrojas así:
Como cuando bebo sopa
Un día helado cualquiera.

Me antojo
y disfruto los golpes de endorfina
Porque estoy estrepitosamente enamorada
Ya que lo de loca, ya era estado.

Mujer mía,
te rindo tributo
Con mi boca de algodones naturales
Y mi lengua caliente sobre tu espalda.

La noche de las vagabundas

Detrás de la falta atónita de la noche
me siento y escribo una novela
me siento sobre el manto que se dice noche
y me crispo al recordar tus bellas cejas.

Si fuera por lo terrible de nosotras
tarde estival se nos lleva la vida
ante todo, todo aquello
la siembra hoy, es irreconocible.

Los besos lengua adentro
me ahogan las palabras
se escapan mis quejidos
Somos especies de faldas
somos amor prohibido.

Aquello terrible llamado distancia
crece sólo cuando te imagino lejos
ante todo, lo dulce de tu mirada
todo lo que mira, es perplejo.

Te quiero pedir

Te quiero pedir que me comas a besos,
pero no besos cualquiera,
creo que ni siquiera quiero que sean besos.
Quiero que sea así como cuando me miras
con los ojos tibios,
esos que son a la vez tu boca, la que me muerde y me da de comer.

Te quiero pedir que me comas a besos,
y que dejes marcas que huelan dulce
para que vengan y me lleven las hormigas,
porque aveces soy demasiado pequeña
para llevar  todo el amor, ese amor
que nos tenemos las dos.

Te quiero pedir que me comas a besos
y cuando esté ahí gritando
me bebas a destajo.