miércoles, 19 de mayo de 2010

Mirad.

Puedo describir mil historias de lo cotidiano, gritarle al destino que hoy me he despertado con una necesidad y no tengo duda para aquello. Y si de objetivo se trata, ¿Así o más tortuoso? Te pinto el mundo de violeta para que no veas el cielo azul, como nuestros pares con cerebro de hiel.

Un paso más a lo escandaloso, me ahogo en mis binoculares de visión esteta.

Lo bueno, lo malo, lo absurdo y discontinuado.

Uhm...

Tú no entiendes, nunca entenderás. Me pone triste, muy triste.

Veo de soslayo, la gente critica mis delirios novelescos y tú sabes cuánto los amo.

Digamos que el cielo esta enfadado, no gritas la verdad suficiente, mírame la estoy tragando, no la debes saborear porque es muy ácida.

¿Porque ya no me abrazas? Creo que estoy enferma y no puedes herirme, no es divertido, ya no es divertido, es como si las flores me hostigaran, es como si el viento hiciera en mi un caos rojo indiscutible.

Odio quererte, tú me aburres, tú me aburres. No quiero sexo, estoy cansada de mojarme tratando de satisfacer tus necesidades ocasionales, ya no quiero, ya no debo.

Me apetece escribir, escribir, mi vida son letras, los libros son palacios ínfimos no entiendes, ¿ves? Ahora puedes ver lo fidedigno de mi obra, mirad mi fatídica obra de teatro sabes que soy benevolente y te gusta mi sutileza, artilugio imbécil, nada más…

Nada más gracias.