martes, 14 de septiembre de 2010

365

Omnipresente mi estatus ciego
Para ti, siempre y cuando necesario
Nos agraviamos a menudo,
Nos anhelamos demasiado.
A lo atípico y benevolente
Se enfermó diciendo
Que te quiero demasiado.
El pasado impío
Como cristal empedernido
Que si fuera por olvido
Periplo fatídico ha guardado la tropa.
Risible nuestros encuentros
Templados nuestros amores,
Con mis besos
La lengua tibia
Recitará en susurro.
El actuar no es lo nuestro
Que por estío perpetuo
Siempre las manos jugaban a alcanzarse
Taciturnas, cual velero estival
A mis encuentros dormidos.
Me sublevo ante mi alma
Por lo egoísta del destino
Manto ovalo incosciente
Muéstrale al mundo
¡Lo falaz intrépido!
Por desmembrada,
Me atrae lo imposible.

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